El presidente de la Asociación Portuguesa de Contribuyentes (APC), Filipe Charters de Azevedo, ha generado polémica al defender que los impuestos deben ser utilizados exclusivamente para financiar bienes públicos y no deben ser utilizados como una herramienta de moralidad. Esta postura va en contra de la propuesta del Bloco de Esquerda de imponer un impuesto a las fortunas superiores a los tres millones de euros. Azevedo ha advertido sobre los posibles riesgos de esta medida, ya que podría alejar a los pocos ricos que residen en Portugal y a aquellos que deseen invertir en el país.
En una entrevista reciente, Azevedo explicó que los impuestos deben ser utilizados para financiar servicios públicos esenciales, como la educación, la salud y la seguridad. Sin embargo, no deben ser utilizados como una forma de castigar a los ciudadanos más ricos. Según él, esto podría tener un impacto negativo en la economía del país, ya que los ricos podrían optar por mudarse a otros países con una carga fiscal más baja.
El presidente de la APC también señaló que Portugal ya tiene uno de los sistemas fiscales más progresivos de Europa, con una tasa máxima del 48% para los ingresos más altos. Por lo tanto, no hay necesidad de imponer un impuesto adicional a las fortunas. Además, Azevedo argumenta que la mayoría de los ricos en Portugal son personas que han trabajado duro para construir sus fortunas y no deberían ser penalizados por ello.
La propuesta del Bloco de Esquerda ha generado un intenso debate en Portugal, con algunos argumentando que los ricos deben pagar más impuestos para ayudar a reducir la desigualdad en el país. Sin embargo, Azevedo cree que esta medida podría tener el efecto contrario y alejar a los inversores y empresarios que deseen establecerse en Portugal.
El presidente de la APC también advierte sobre los posibles efectos en la economía del país si se implementa este impuesto a las fortunas. Según él, podría desalentar a los empresarios a invertir en Portugal y crear empleo, lo que a su vez afectaría negativamente a la economía en general. Además, Azevedo señala que la mayoría de los países europeos no tienen un impuesto a las fortunas y aún así logran proporcionar servicios públicos de calidad a sus ciudadanos.
En lugar de imponer un impuesto a las fortunas, Azevedo sugiere que el gobierno debería centrarse en mejorar la eficiencia del gasto público y en combatir la evasión fiscal. Según él, esto permitiría al gobierno recaudar más ingresos sin tener que recurrir a medidas extremas como un impuesto a las fortunas.
En resumen, el presidente de la APC, Filipe Charters de Azevedo, defiende que los impuestos deben ser utilizados para financiar bienes públicos y no deben ser utilizados como una herramienta de moralidad. Azevedo advierte sobre los posibles riesgos de imponer un impuesto a las fortunas y sugiere que el gobierno debería centrarse en mejorar la eficiencia del gasto público y combatir la evasión fiscal. Con una postura firme y argumentos sólidos, Azevedo ha generado un debate importante sobre el papel de los impuestos en la economía portuguesa.