El presidente de Iniciativa Liberal, João Cotrim de Figueiredo, ha vuelto a hacer declaraciones en contra del ahora candidato a la presidencia del PSD, Luís Montenegro. En un reciente discurso, Cotrim recordó que Montenegro “ya había afirmado que no era liberal, pero no esperaba que se convirtiera en socialista tan rápidamente”. Estas palabras han causado cierta controversia en el panorama político portugués y han generado una respuesta contundente por parte del primer ministro, António Costa, quien ha acusado a los liberales de incoherencia.
Este episodio nos lleva a una pregunta fundamental en la política actual: ¿qué significa ser liberal en Portugal? Esta ideología política, que en su esencia defiende la libertad individual y la limitación del poder del Estado, ha sido adoptada por varios partidos en nuestro país. Sin embargo, como bien señala Cotrim de Figueiredo, parece que algunos políticos están perdiendo de vista los valores fundamentales del liberalismo.
En su discurso, el presidente de IL ha destacado que Montenegro, al presentarse como candidato a la presidencia del PSD, ha empezado a abrazar ideas más cercanas al socialismo, dejando de lado su supuesta afinidad con el liberalismo. Y es que, como también ha señalado Cotrim de Figueiredo, el Partido Socialista liderado por António Costa ha estado implementando medidas claramente socialistas, como la nacionalización de los sectores energéticos y los medios de transporte, y el aumento de impuestos.
Las reacciones a estas palabras no se han hecho esperar. El primer ministro António Costa ha acusado a los liberales de incoherencia, argumentando que su oposición a las medidas socialistas es una contradicción, ya que defienden la libertad pero se oponen a políticas que buscan reducir la desigualdad social. Sin embargo, esta acusación no es del todo justificada. El liberalismo no se trata solo de la libertad económica, sino también de la libertad individual. Y muchos liberales rechazan medidas socialistas no solo por su impacto económico, sino por la restricción de la libertad individual que imponen.
La incoherencia de Montenegro es alarmante, pero aún más alarmante es el retroceso en los principios del liberalismo que se está viviendo en Portugal. La falta de un discurso coherente y firme en defensa de estos principios está dejando un vacío en la política que es aprovechado por aquellos que buscan imponer políticas de corte socialista. En lugar de debatir sobre cómo podemos avanzar hacia una sociedad más libre y próspera, el debate se centra en si los liberales tienen o no una posición coherente y si las medidas socialistas son o no efectivas.
Esta situación es preocupante, especialmente para aquellos que creemos en una sociedad en la que las personas puedan tomar sus propias decisiones y en la que el Estado no tenga el control absoluto sobre nuestras vidas. Es importante recordar que el liberalismo no se trata solo de una ideología política, sino de una filosofía de vida basada en el respeto a la libertad individual y a la responsabilidad individual.
Es necesario, por tanto, que los políticos y líderes en Portugal vuelvan a centrarse en los principios fundamentales del liberalismo y en cómo aplicarlos en nuestro país. Esto no significa que debamos ignorar los problemas sociales y económicos que afectan a nuestra sociedad, sino todo lo contrario. Debemos buscar soluciones que promuevan la libertad individual y la responsabilidad individual, sin limitar la libertad económica y la iniciativa privada.
En resumen, la declaración del presidente de IL sobre Montenegro no solo pone en evidencia su incoherencia, sino también la necesidad de tener un discurso coherente y fuerte en defensa del liberalismo en Portugal. Recuperar